Cobijado por el agua tibia del fuentón, perdió el miedo. Tardé
un buen rato en bañarlo; su piel estaba herida por la sarna y sus orejas
rebosaban de garrapatas.
Diez años después, poco queda de esos dos colgajos tristes. Negras por fuera y ocres por dentro, flamean cuando corre. Si no las tuviera en la cabeza, podría pensarse que son alas. Son blandas, tibias, dos retazos de terciopelo. Cuando llego a casa y Batuque me recibe, no puedo evitar tocarlas.
Diez años después, poco queda de esos dos colgajos tristes. Negras por fuera y ocres por dentro, flamean cuando corre. Si no las tuviera en la cabeza, podría pensarse que son alas. Son blandas, tibias, dos retazos de terciopelo. Cuando llego a casa y Batuque me recibe, no puedo evitar tocarlas.
©Mariángeles Abelli Bonardi
En Twitter soy @queenmab1974
Experiencia táctil: TOCAR LAS OREJAS DE MI PERRO
15 de marzo de 2014
En Twitter soy @queenmab1974
Experiencia táctil: TOCAR LAS OREJAS DE MI PERRO
15 de marzo de 2014
Con este microrrelato participo en "Trabajando con los sentidos 4", la propuesta creativa del blog El Fantasma de la Glorieta. Para ver de qué se trata, hagan clic en http://elfantasmadelaglorieta.blogspot.com.ar/2014/03/trabajando-con-los-sentidos-4.html
Batuque en el patio de casa |
Que lindo micro, lleno de una ternura especial
ResponderBorrarAbrazos y besos.
Es que "Batu" me despierta mucha ternura. Me complace que te guste el micro.
BorrarCariños, M.
:)
ResponderBorrar¡ :) :) :) !!!
BorrarCariños,
Mariángeles
Es precioso, Batuque (esa mirada) y el relato por supuesto. ;)
ResponderBorrarSe da la circunstancia de que tengo una cocker (se llama Bimba) con las orejas más largas que haya visto jamás. Cuando corre o le da el viento en la cara parece un aeroplano en vuelo.
Me ha encantado. Besos!
Modestia aparte, creo que tenés razón ¡Es precioso, jaja! En casa decimos que solo le falta hablar, tal es la medida de su inteligencia.
BorrarMe complace saber que sos "perrera" como yo. Debe de ser muy linda tu Bimba, si ya me la imagino con sus orejas de aeroplano al viento.
Una alegría que te haya gustado el relato.
Besos para vos, M.
Hermoso, Mariángeles. Casi percibo en mis manos el tacto de las orejas de Batuque. (precioso, por cierto). Yo soy "perrera" también. La mía se llama Lula (es blanca y peluda) y cuando corre al viento se parece a Fújur, el perro/dragón volador de La historia interminable. :-)
ResponderBorrarUn abrazo.
Si es así, SARA, más que complacida; señal de que la evocación táctil está lograda. Qué lindo que también seas "perrera"; al describir a tu perra Lula de esa manera trajiste el recuerdo de una hermosa lectura de otros tiempos (me "auto-regalé" La historia interminable la primera vez que visité la feria del libro de Córdoba, el primer año que fui a estudiar allí). Gracias por el comentario y por el recuerdo :-)
BorrarCariños, M.