Botines,
camiseta, pantalones cortos, agua mineral… la mochila queda lista. Ahora las
coderas, rodilleras, y el casco; mamá le vive diciendo que ninguna precaución
es poca.
Revisa la
bici por última vez, se sube; de su casa a la canchita hay un buen trecho. Una
cuadra, dos; Juan espera a Fede en la esquina. Pedalean otro rato y cruzan la
plaza, atajo imprescindible para no llegar tarde a entrenar. El DT es exigente
pero justo; primero entrenan, luego el picadito. El domingo se juega la final;
si hoy andan bien, de seguro los elige.
CRUCE
PELIGROSO, reza la señal de la autopista. “Señales viales: señales vitales”; la
propaganda de la tele es clara. Se bajan de las bicis y suben los peldaños
hacia el puente que atraviesa la ruta. Pintada en el asfalto, con nombre y con
fecha, hay una estrella amarilla.
©Mariángeles
Abelli Bonardi
Neuquén, Argentina
Foto de mi autoría