Puntual, suena la alarma del celu. Me sacudo la modorra, prendo la compu
y bajo a preparar el mate. La música marca el inicio del programa: mi cama se
transforma en un cómodo sillón. Me repantingo en los almohadones; el dinosaurio
toma el amargo que acabo de cebarle. “Las
cascaritas de limón le dan un gustito riquísimo”, dice Chuang Tzu cuando le
llega el turno. El agua está en su punto y los cuentos también, breves y
extraordinarios como siempre en la voz del invitado. Después de la tanda, llega
el tablón de anuncios. “¡Estamos de
parabienes!”, exclaman los dos por la noticia del próximo congreso. Los
últimos micros al aire clausuran el tiempo del Living. “Lo bueno, si breve…” acota Lucas, cortándole la cola al refrán. Asegura
conocer un basural donde se amontonan las explicaciones.
©Mariángeles Abelli Bonardi