martes, 3 de octubre de 2017

OLAS DE GULA, O DE CÓMO CURARSE EL EMPACHO


Toma aire y, después de un rato, logra subir el cierre. Sudando y a duras penas, traba la hebilla en el último orificio del cinto de cuero. “Adiós, blue jeans”, piensa después de mirarse al espejo. Siente que se ha comido el mundo. El mundo, que antes lo saciaba y ahora casi se le sale por la boca. Con aprehensión, mira el inodoro. ¿Vomitar, él? ¡Jamás! Ya más repuesto, consulta en internet y evalúa las opciones: lo pueden hacer “de palabra”, con cinta métrica, o “tirándole el cuerito”. Lo de tirar el cuerito le da impresión (y para ser sincero, no quiere darle motivos de protesta a su colon irritable). De palabra o con cinta métrica será, entonces. Anota el número en pantalla y llama a la curandera:
—…
—Buenas tardes, requiero de sus servicios.
—…
—¿Mi nombre? Devorador de pecados.

(c)Mariángeles Abelli Bonardi
En Twitter soy @queenmab1974


Con este microrrelato de mi autoría participé, bajo el pseudónimo Hueso, en el Monstruoscopio 2017 del blog-concurso Esta Noche Te Cuento, certamen de relato corto para mesilla de noche

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