Como todas las
noches, los autos pasan e iluminan la hilera de columnas. No es raro que entre
ellas se filtre la luz, ni que los haces inunden las vitrinas, lustren las
estatuas, acaricien el lomo del tigre embalsamado. Pero resulta llamativo que
hoy, justamente hoy, los insectos no recorran sus vitrinas, las estatuas no parpadeen,
y que el tigre, camuflado por las luces y las sombras que proyecta la hilera de
columnas, no haya salido a cazar.
©Mariángeles
Abelli Bonardi
Febrero 2015
Con este microrrelato de mi autoría participé en el Concurso Mensual de Microficciones "Calendario Microcuentista 2016". La imagen correspondiente al mes de febrero es de Christian Pereira Rogel.
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Un museo con vida propia en horas nocturnas, un relato que se lee con gusto por su buena factura y originalidad.
ResponderBorrarUn saludo, Mariángeles
Qué gusto que sea de tu agrado, ÁNGEL. A mí siempre me han fascinado los museos y no me fue difícil encontrar uno en la foto.
BorrarCariños, M.