El silencio de los inocentes queda en la nada cuando se trata de mí: cada vez que pruebo Las uvas de la ira, cunden los Relatos salvajes…
Rápidos y furiosos, invaden La casa de los espíritus. Todos se enteran que así, Durmiendo con el enemigo, cada vez que abro la boca, Un monstruo viene a verme…
La cosa, El lobo de Wall Street: todos me quieren en El club de la pelea… ¿Cómo entrenar a tu dragón?, me pregunto a mí mismo, Intensamente. Entonces alguien me toca el hombro y devela El código Enigma: me dejo abrazar, y ya más tranquilo, le pido a El guardaespaldas que es mi conciencia: Quédate a mi lado.
Rápidos y furiosos, invaden La casa de los espíritus. Todos se enteran que así, Durmiendo con el enemigo, cada vez que abro la boca, Un monstruo viene a verme…
La cosa, El lobo de Wall Street: todos me quieren en El club de la pelea… ¿Cómo entrenar a tu dragón?, me pregunto a mí mismo, Intensamente. Entonces alguien me toca el hombro y devela El código Enigma: me dejo abrazar, y ya más tranquilo, le pido a El guardaespaldas que es mi conciencia: Quédate a mi lado.
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