miércoles, 25 de diciembre de 2019

AGALLAS


El desierto de mi existencia se esfumó el día en que probé esas croquetas, receta de una abuela a la que no llegué a conocer.
Nunca antes había deseado ver el mar, ni había visto las branquias a ambos lados de mi cuello. La voz de mi madre vibró conmovida: su Nemo tenía las agallas de querer ir más allá, de alejarse de las dunas que a ella la asfixiaban… Por eso, pese a la angustia que le daba separarse de mí, alentó a su niño a internarse en el azul, a buscar en la fuente de la vida la verdad sobre su vida, porque allí, a treinta pies de profundidad, donde todo era movimiento y amor, sería libre y nunca estaría solo.
Puso en mis manos una nueva ración de croquetas y se despidió:
— El mar — me dijo, besándome en la frente, — no pertenece a los déspotas.

Mariángeles Abelli Bonardi
bajo el pseudónimo de Capitán Nemo
Esta Noche Te cuento
 Ronda 1 (Personajes)

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