Comer es un lujo del que no podremos disfrutar todos los días; por eso pongo el pan en mi boca y degusto, lo más que puedo, su textura esponjosa. Mastico y el bolo alimenticio lo arrasa todo: látigo, pirámide, la espalda ampollada por el sol…
Otro bocado esponjoso. Proyecto mi sombra en la arena y extiendo los brazos: jade y lapislázuli se imbrican en miles de plumas.
“Si lo has soñado es posible”, susurra el dios en mi oído, claramente. Levanto vuelo.
©Mariángeles Abelli Bonardi
11Sept2018
Con este microrrelato participé, bajo el pseudónimo de ZAHA HADID, del MONSTRUOSCOPIO 2018 organizado por el blog-concurso Esta Noche Te Cuento.
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