Para
invocar a las hadas y después retratarlas, procede de la siguiente manera:
ü Elige
un día de sol.
ü Lleva
una corona de tomillo en la cabeza.
ü Sobre
un trébol de cuatro hojas —porque cada hoja se vincula a un elemento: tierra,
agua, aire y fuego —coloca cuatro granos de trigo.
ü Con
los pies sumergidos en un río, arroyo, o cualquier otra fuente de agua dulce,
mira por una piedra que tenga un agujero natural en el centro.
ü Sé
paciente.
ü Cuando
veas figuras traslúcidas flotando entre tules, deja la piedra a un lado sin quitarles los ojos de encima.
ü Empuña la cámara fotográfica, que tendrás lista y a mano en todo momento.
ü No
te muevas. No respires. No pienses en nada excepto el botón bajo tu dedo
índice, que habrás de presionar delicada y repetidamente.
Firmado,
Elsie Wright y Frances Griffiths,
En Cottingley, Inglaterra, 1917
Con este microrrelato participo en "Esta Noche Te Cuento", certamen de relato corto para mesilla de noche. Mi trabajo y la foto que lo acompaña responden al tema "Seres mágicos".
Si quieren saber de qué se trata, hagan clic aquí.
Si desean leer y/o comentar directamente desde la página de ENTC, hagan clic aquí.
Y si quieren dejarme un comentario aquí, desde ya que se agradece.
¡Que lo disfruten!
Doy fe de que el procedimiento funciona. Es cierto que han pasado cien años, pero la magia se mantiene intacta y su espíritu envuelve a escritoras que saben abrirnos los ojos y la mente con sus maravillas.
ResponderBorrarAbrazo fuerte, Mariángeles.
Si das fe (y tanta, por lo que leo), me doy por bien servida... ¡Qué gusto, PATRICIA!
ResponderBorrarUn besote,
MAB (el hada no; la otra, jaja)