jueves, 20 de febrero de 2014

COCINEROS

Seis de la tarde. Hay olor a lluvia. Tía Teddy estaciona el Fiat rojo y nos ayuda a bajar. Ni bien abre la puerta, ya sin guardapolvos, atravesamos el comedor a la carrera.
El aroma del aceite perfuma la cocina; la Mema nos recibe con las manos enharinadas. —¿Cómo están, mis chiquitines? — nos saluda, cariñosa; hurguetea en los cajones y saca tres delantales.

Acercamos unas sillas y nos paramos arriba; en la mesada hay un bollo para cada uno. Mientras nos peleamos por usar el palote, los nudosos dedos de la Mema sumergen en la olla los primeros cuadrados de masa. La miramos hacer, fascinados; el crepitar del aceite se mezcla con el de la lluvia. Hundimos las cucharas en el plato, y con generosas nevadas de azúcar, rebozamos las tortas fritas.

©Mariángeles Abelli Bonardi
En Twitter soy @queenmab1974
16 de febrero de 2014


Con este microrrelato participo en "Trabajando con los sentidos I", la propuesta creativa del blog El Fantasma de la Glorieta. Para ver de qué se trata, hagan clic en http://elfantasmadelaglorieta.blogspot.com.ar/2014/02/trabajando-con-los-sentidos-1.html

10 comentarios:

  1. Precioso juegos de sentidos. Los olores a lluvia y a tortas fritas, el sonido de la lluvia y el crepitar del aceite en la sartén, el sabor de los bollos y me imagino las manos de los niños dentro del azúcar rebozando las tortitas... Magnífico.

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  2. Hola, PATRICIA. Qué gusto que hayas imaginado con tanto detalle esta historia que para mí es más que eso: es un caro recuerdo de infancia. (Una pequeña aclaración: la palabra "bollos" se refiere a los tres bollos de masa cruda y leudada que mis hermanos y yo estirábamos con el palote; de esa forma nos peleábamos menos y nadie se quedaba sin ser "cocinero").

    Gracias por pasar a comentar.

    Cariños, M.

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  3. Al leerlo, no sólo recordé la escena, sino que a mi llegada me esperaban "duros bollos reamasados" que yo simulaba comer con deleite...jajaja, especial recuerdo en esta tarde de lluvia. Besos Ma

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    1. Nada más grato para tus retoños que te "deleitaras" con los bollos, así fueran duros, reamasados y a todas luces indigestos.

      ¡Besos, besos, besos!

      Mariángeles

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  4. Vicente Varas (@elchen00)20 de febrero de 2014, 8:26 p.m.

    ¡Hola, Mariángeles!
    De nuevo paso por aquí y me encuentro con un texto tuyo que me deja un gran sabor de boca, en este caso literalmente, jejeje. Francamente es entrañable.
    Creo que todos tuvimos —y si hay alguien que no, es una lástima— una tía Teddy y una Mema que se robaron por la buena un lugar en nuestro corazón.
    Te felicito y te dejo porque tu relato me dio hambre. ¡Sigue cocinando así! :-)

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    1. No sé qué me gusta más, VICENTE: si que la historia te dejara un buen sabor de boca o que te diera hambre, jajaj. Es así, tal como lo expresás: ¿Quién no ha tenido en su vida una tía o una abuela que se le metió en el corazón a fuerza de cariño? Y créase o no, justamente ayer que subí este micro llovió a cántaros, así que como al clima ya lo tenía, fui a la panadería y compré lo que me faltaba: una docena de tortas fritas.

      Seguiremos cocinando así, entonces :-)

      Cariños,
      Mariángeles

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  5. Pero qué precioso te ha salido este micro. Te ha quedado de concurso. Yo lo presentaría a alguno.
    Beso!

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    1. Hay muchas vivencias y mucho cariño en este micro en particular; puse especial cuidado en su escritura. Qué gusto que lo veas "concursable", tomaré la sugerencia muy en cuenta.

      Gracias por pasar a comentar.

      Otro beso para vos, M.

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  6. Dice Vicente que le han dado ganas de comer, le comprendo, porque yo acabo de leer tu texto casi con la mesa puesta. También de acuerdo con Beatriz en que podría ser concursable. Lo del "juego de sentidos" que dice Patricia me hubiera gustado escribirlo yo, así que poco más tengo que decir, salvo enviarte un abrazo.

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    1. Buen provecho entonces, ÁNGEL. Si aún no has probado las tortas fritas, ya tenés una excusa para visitar Argentina ;) (yo nunca las he cocinado sola, pero bien vale la pena intentarlo, jaja).
      Y sí, bien puede ser concursable este micro. Y ese juego de sentidos ( el sentido del olfato, sobre todo) está íntimamente ligado a mi infancia.

      Otro abrazo para vos,
      Mariángeles

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