Ella no quería que fuera a la guerra, por eso, para evitar que lo enlistaran, habló con el cocinero del barco, y acordó que viajara así, de polizón, pelando papas…
Le dijo que estaría despidiéndolo en el puerto, agitando un pañuelo blanco, pero el barco se alejaba, y era tanta la gente, y tantos los pañuelos, que no pudo distinguirla…
Siempre añoró ese pañuelo, ese puerto de Génova, su ciudad de Bra… A su madre, nunca la volvió a ver.
Le dijo que estaría despidiéndolo en el puerto, agitando un pañuelo blanco, pero el barco se alejaba, y era tanta la gente, y tantos los pañuelos, que no pudo distinguirla…
Siempre añoró ese pañuelo, ese puerto de Génova, su ciudad de Bra… A su madre, nunca la volvió a ver.
©Mariángeles Abelli Bonardi
Agosto 2024
Con este microrrelato, inspirado en el concepto de SAUDADE (del portugués, "El dolor de un precioso recuerdo"), participé en el concurso de relatos cortos, "Esta Noche Te Cuento".
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